jueves, 8 de octubre de 2009

Venus


CURRICULUM VITAE DE VENUS.
Venus nació el día 1 de Enero de 1980, en la clínica privada de St. Philippe.

Al año y medio hablaba y andaba, y con tres años empezó a tocar el piano.

Con seis años entró en el internado French College Of St. Clemence, bilingüe y exclusivo para señoritas. Allí estuvo hasta los catorce, cuando salió dominando el inglés, francés y español.


En el vecindario todo el mundo se moría de envidia cuando celebraba sus espectaculares fiestas privadas en la mansión de sus padres, pero ella tarde o temprano les invitaba.
Nunca fue detenida por la policia.

Nunca le pillaron en un control de alcoholemia.

Con dieciocho años se licenció en el instituto privado de Bristol con unas notas excelentes, y con veintiseis abandonó la univesidad siendo la mejor de su promoción. A los veintisiete hizo un viaje por todo el mundo con sus mejores amigas y al año siguiente entró en la empresa de su padre como subdirectora ejecutiva, dos meses antes de casarse con Alec, su novio de toda la vida.

Cada mes daba un concierto de piano en el club de campo de Bristol, lo hacía tan bien que varias veces le habían rogado grabar un disco, ruegos que ella había negado halagada y cariñosamente.


A parte de su trayectoria educativa y su brillante curriculum, toda ella era perfecta.
Todo el mundo quería a Venus, y Venus quería a todo el mundo.
Ella era alta y de complexión atlética. Sus enormes rizos azabache le llegaban casi hasta la cintura, y su blanca y tersa piel se veía eclipsada por sus grandes ojos almendrados color esmeralda.
Ya os digo, todo el mundo quería a Venus.
Todo el mundo la quería hasta el 1 de Enero de 2009.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Lucy




INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LUCY

- Dejé de comer y entonces todo el mundo tenia que hacer lo que yo decía. Eso era poder.
- ¿Y lo disfrutabas?

- Creo que fue la época más feliz de mi vida. Pero tuve que parar antes de morir porque de lo contrario no huviera sido divertido. No lo entenderías.
- Te entiendo más de lo que piensas.
- También te hacias cortes a ti misma?
- Las personas harían cualquier cosa para... Las personas hacen cualquiero cosa para averiguar por qué se sienten mal ¿No?
- ¿Y tú lo hiciste? ¿Funcionó? Quiero que me lo cuentes.
- ¿El qué? - Como hacer que dejen de pasar cosas malas.
- No funciona ¿Verdad? Por eso tienes que empezar a comer otra vez.

- Me enamoré.
- Ah amor. ¿Por qué hacerte cortes a ti misma si puedes enamorarte? Hay un montón de cosas que hacen la vida soportable y ni siquiera tienes que usar un cuchillo.
- ¿Como qué?
- La música disco.




Pd: Estoy añadiendo a este las entradas más interesantes de mi antiguo blog como forma de introducción a la vida de mis Barbies, así que no os extrañe si veis entradas antiguas.

Lola


Tan solo era una asquerosa tarde de aquel asqueroso verano.


Parecía que ese dia a todo el mundo se le habían asado sus complejos, porque la mayoría de hombres iban sin camiseta y las mujeres lucían piernas con esos minipantalones cortados que todo el mundo se había empeñado en llevar. Pasé por un bareto de aquel minúsculo pueblo y todo el mundo me miró con cara extraña, seguramente pensando '¿Por qué lleva una mochila? Todos estamos disfrutando de nuestras vacaciones en la playa y ella camina sola, dándole patadas a una lata de cerveza y con los auriculares destrozándole los oidos' Seguramente la mayoría no pensaran nada, así es la vida de la gente de pueblo, se limita a ver a la gente pasar mientras le dan vueltas a la pajita de su coca cola. Esperé en la parada del autobús como media hora, hasta que por fín apareció en la lejanía. El conductor no debió verme porque casi pasa de largo, solo paró cuando hice un amago de arrojarme a la carretera. Subí, pagué y fui directamente a la puerta. No me gustaba sentarme en esos asientos, a saber quien o qué habría puesto su trasero ahí. Seguí escuchando música mirando de reojo a toda la gente que había sentada, hasta que el autobús paró en la parada siguiente. Ni siquiera me di cuenta, creo que tenía los ojos cerrados, pero lo primero que me hizo subir la cabeza de golpe fue ese olor. Giré el cuello lentamente confiando en que se tratara de un error, no podía ser él, no podía, aquí no, pero sí, era él, y seguía igual que siempre. Sus brillantes zapatos blancos apenas tocaban el suelo mientras andaba, sus vaqueros no estaban para nada arrugados, era como si se los hubiese planchado mientras esperaba el autobús, encima llevaba un polo de manga corta morado y una camiseta (seguramente de tirantes) blanca se asomaba por debajo. Me sorprendió el detalle de que llevara una bandolera en vez de su mochila de marca, pero ni eso, ni sus pulseras, ni sus dos collares de madera importaron después de que le mirara a los ojos. Sentí que el mundo desaparecía bajo mis pies, que la gente se esfumaba y que empezaba a sonar aquella canción de los años 80, nuestra canción. Estoy segura de que no se dio cuenta de que era yo hasta que estuvo apollado en la barra de al lado, para entonces ya era demasiado tarde, porque me miró con esos grandes ojos verdes y yo deseé que parara ese terremoto que se había formado en mi cabeza. Él me engulló, me arrastró hasta el abismo de sus pupilas envolviendome en aquella melodía que tanto me había costado olvidar. No me atreví a mirar su boca, habría sido demasiado para mi débil corazón en r e c o n s t r u c c i ó n. Intenté hablar, pero mis labios parecían haberse puesto en huelga, así que me limité a mirarle de reojo, igual que a todo el mundo del autobús. Fueron los 12 minutos y trentaisiete segundos más largos de mi vida. Por fín bajé, antes que él, y cuando el autobús empezó a arrancar de nuevo pude percibir una leve sonrisa que salía de su rostro perfecto, deslumbrante y dorado, como la luz del sol. Había sido un amor tan efímero... Aunque en realidad no tenía tanta importancia, tan solo era una asquerosa tarde de aquel asqueroso verano.


Lola cerró su diario. Pensaba que por fin había logrado olvidarle, pero volverle a ver fue una descarga de adrenalina demasiado enorme para su pequeño corazón. Sólo había conseguido leer la última entrada, pero como tenía tiempo de sobra hasta que llegara Michael decidió empezar desde el principio.

martes, 6 de octubre de 2009

Beth


Le sentía por todas partes. Había ardor por todas partes, no podía ver ni sentir otra cosa que no fuera él.

La pequeñísima parte de mi cerebro que conservaba la cordura empezó a hacerse preguntas.

¿Por qué no detenía aquello? Peor aun, ¿Por qué ni siquiera encontraba en mi misma el deseo de detenerlo? ¿Qué significaba el que no quisiera que parara? ¿Por qué mis manos, que colgaban en sus hombros se deleitaban en ellos? ¿Por qué no sentía sus manos lo bastante cerca a pesar de que me aplastaban contra su cuerpo?

Las preguntas resultabas estúpidas porque yo ya sabía la verdad: Había estado mintiéndome a mi misma.

El tenia razón, la había tenido siempre. Era más que un amigo para mí. Ese era el motivo por el que me resultaba tan difícil decirle adiós. Porque estaba enamorada de el. También.



Beth cerró el diario aún con lágrimas en los ojos.

Había estado durante las últimas semanas recogiendo los objetos de su madre, y cuando le tocó el turno a la antigua cómoda encontró un viejo cuaderno.

Al principio no tenía intención de leerlo, al menos no del todo, pero después de ojearlo un poco se dió cuenta de lo que tenía entre las manos.

El diario de Karen, su madre.

Neil.


Cuando el astronauta del Apolo Neil Armstrong pisó por primera vez la luna, no sólo dijo su famosa frase, "Un pequeño paso para el hombre, un enorme salto para la humanidad", sino que después hizo varios comentarios, los usuales de comunicación entre él, los otros astronautas y el centro de control. Sin embargo, justo al volver a la cápsula dijo algo enigmático:

- Buena suerte, señor Gorsky.

Mucha gente de la NASA pensó que sería un comentario casual acerca de algún cosmonauta soviético rival. Sin embargo, tras comprobarlo, no se encontró ningun Gorsky en ningún programa espacial, ni ruso ni norteamericano. A lo largo de los años, mucha gente interrogó a Armstrong acerca del significado de su comentario "Buena suerte, señor Gorsky", pero Armstrong se limitaba a sonreír siempre, sin decir nada.

Pero hace algunos años (el 5 de julio de 1995 en Tampa Bay, Florida), mientras respondía preguntas tras un discurso, un periodista sacó a relucir la famosa pregunta de 26 años de antigüedad. Esta vez por fin respondió. Mr. Gorsky había muerto, por lo que Neil Armstrong sentía que podía dar solución a la pregunta.


'Cuando era un niño, estaba jugando al beisbol en el patio trasero con un amigo. Éste golpeo una bola con fuerza y la hizo aterrizar enfrente de la ventana del dormitorio de sus vecinos. Éstos eran el señor y la señora Gorsky.

Cuando Neil se inclinaba a recoger la pelota, oyó a la señora Gorsky gritándole al señor Gorsky:
- ¡¿Sexo oral?! ¡¿Quieres sexo oral?! ¡Tendrás sexo oral cuando el chico del vecino se pasee por la luna!'

Es una historia verdadera.



lunes, 5 de octubre de 2009

All you need is One.

Mis 1


Por qué te hacen sentir tan diferente?

jueves, 1 de octubre de 2009

Presentación


Lucy se encuentra encerrada en un manicomio. Sufre anorexia desde hace dos años y está enamorada de su enfermero.
Venus es una triunfadora.
Amanda tiene cáncer, pero es más optimista que Ron.
Alice es una bohemia. Vive del amor.
Penélope sufre un leve trastorno bipolar.
Lola tiene un diario.
Jannete y Kate viven para criticar a Susanne.
Sophie vive en contra del amor.
La madre de Beth sufre Alzheimer. Ella acaba de descubrir el diario de cuando era joven y decide contárselo.




‘Ellas son las hermanas celosas de las Barbies, las que no son perfectas.’