viernes, 11 de diciembre de 2009

Sophie II



Se agachó un poco para entrar mejor, y cuando la miró Sophie pensó que la acababan de atravesar. No creía en el amor a primera vista, pero nunca había conocido a una persona tan curiosa como ella, y, desde luego, esos ojos no eran normales.
Su pelo era corto, rubio, difícil de definir, pero tan fácil de acariciar...
Llevaba una chaqueta marrón, gorda (hacía mucho frío) y unos vaqueros rectos oscuros.

Pronto se dio cuenta de que probablemente no tendrían nada en común, pero tampoco era algo que le importara. De todas formas, no tenía pensado hablar con él.

Se levantó para quitar el portátil de la cama, con tan mala fortuna que se dio un coscorrón enorme, tan grande que se volvió a caer en la cama.

El chico apareció instantáneamente a su lado, y la cogió del brazo suavemente. Cuando se tocaron, Sophie notó que su piel tenía un tacto menos cálido de lo normal, ¿húmedo

- ¿Te encuentras bien? – Le preguntó

- Hem, sí. No, me duele la cabeza – dijo Sophie con lágrimas en los ojos.

- Tranquila, voy a pedirle hielo a la camarera

- No, no te molestes, no hace… - pero ya se había ido.

En lo que para Sophie fueron dos segundos el chico ya estaba en la habitación de nuevo, con una bolsa azul en la mano izquierda y cerrando el compartimento con la derecha.

- Espera, no te muevas – le dijo mientras se acercaba a la cama y le ponía el hielo en la cabeza – lo último que necesitas ahora es marearte y volverte a caer. Tranquila, soy una especie de médico, sé de lo que hablo.

- Podrías decirme tu nombre, para poderte dar las gracias como es debido.

El chico sonrió. Sus dientes eran perfectos.

- Mi nombre es David, David Black.

- Pues muchas gracias David Black. Por tu culpa casi me abro la cabeza, pero gracias a ti no me ha pasado nada más grave. Mi nombre es Sophie Evans.

- Sé que va a sonar extraño e incluso puede que un poco cursi, pero cuando he entrado he tenido la sensación de que ya nos conocíamos, ¿Nos habíamos visto en alguna otra parte?

‘¿Este macizo se ha fijado en mi antes y no me había dado cuenta?’ Pensó entonces Soph.

- Me parece que no. Supongo que me habría acordado de ti - ¿Cómo? – Tengo memoria fotográfica.

- Interesante y sin embargo, desconcertante. Desde que estoy hablando contigo ya he tenido dos deya vu.

2 comentarios:

  1. Te gusta mi blog? A mí el tuyo también :) ya tenemos algo en común ^^ un besito, me seguiré pasando.

    ResponderEliminar
  2. guau, me ha molado mucho!
    alguna vez me ha pasado, que he visto así a alguien desconocido y me suena su cara como si lo hubiera visto antes :).
    me gusta lo que escribes.
    me seguiré pasando
    un beso

    ResponderEliminar